Mostrando entradas con la etiqueta psicopedagogía y literatura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta psicopedagogía y literatura. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de enero de 2010

Para leer en vacaciones...


Un sol para tu sombrero


Peiname

cuando me peines

con un peinecito de escarcha

porque los peines de luna

me despeinan las pestañas.


Lavame

cuando me laves

con jaboncitos de trébol,

pues los jabones sin suerte

se escurren entre los dedos.


Secame

cuando me seques

con un toallón sin puntillas,

pues los hilitos finitos

se pegan en mis cosquillas.


Prestame

todos los días

un sombrero para el sol,

un sol para mi sombrero

y una sombrita de amor...

Ma. Cristina Ramos
Imagen de la ilustradora Valeria Cis

sábado, 8 de agosto de 2009

Por un Feliz Día del Niño


"—Buenos días, dijo el Principito.
—Buenos días, dijo el guardagujas.
— ¿Qué haces aquí? dijo el Principito.
—Clasifico los viajeros en paquetes de mil, dijo el guardagujas.
Envío los trenes que los llevan, a veces hacia la derecha a veces hacia la izquierda.
Y un rápido iluminado, rugiendo como el trueno, hizo temblar la cabina del guardagujas.
Tienen mucha prisa, dijo el Principito. ¿Qué buscan?
—El mismo hombre de la locomotora lo ignora, dijo el guardagujas.
Y rugió, en sentido inverso, un segundo rápido iluminado.
— ¿Ya vuelven? preguntó el Principito…
—No son los mismos, dijo el guardagujas. Es un cambio.
— ¿No estaban contentos donde estaban?
Nunca se está contento donde se está, dijo el guardagujas.
Y rugió el trueno de un tercer rápido iluminado.
— ¿Persiguen a los primeros viajeros? preguntó el Principito.
No persiguen absolutamente nada, dijo el guardagujas.
Duermen ahí dentro, o bien bostezan. Sólo los niños aplastan su nariz contra los cristales.
Sólo los niños saben lo que buscan, dijo el Principito. Pierden tiempo por una muñeca de trapo, y ella se vuelve importante, y si se la quitamos, lloran…
Tienen suerte, dijo el guardagujas."
Saint Exúpery (El principito)

Ojala podamos aprender de los niños y nos animemos a "perder tiempo" por las cosas importantes. Nos permitamos bajar por un rato de ese tren que corre a prisa y dejar de lado el inconformismo que no nos deja estar contentos y disfrutar. No hay nada más lindo que entrar en verdadera sintonía con los niños. Dejémolos ser niños y resguardemos el lugar de la infancia. Es nuestra tarea...

Que todos pasemos un FELIZ DÍA DEL NIÑO

Psp. Ma. Fernanda Vanni

viernes, 20 de febrero de 2009

Aproximándonos al próximo taller de padres...

imagen de Linda Bronson
Arro rró
Arro rró mi niño
arro rro mi sol
arro rro pedazo
de mi corazón
Este nene lindo
se quiere dormir
y el picaro sueño
no quiere venir
Arro rró mi niño
arro rro mi sol
arro rro pedazo
de mi corazón.
Este niño lindo
que nació de noche
quiere que lo lleven
a pasear en coche.
Duérmete mi niño
duérmete mi amor
duérmete pedazo
de mi corazón
(Cancionero popular)


El lobito bueno

Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.

(Canción de José Agustín Goytisolo)

Luna blanca se
cuelga de tus
 pestañas
y estrellitas azules
de tu almohada

Madre noche no
está preocupada
pues las hadas
del viento
guardan tu cama

El señor de los sueños
duerme a tu lado
y con siete colores
besa tus manos

Duerme, duerme
no tengas miedo
que la noche tranquila
te cuida el sueño

El gato en la puerta
es el centinela
de miles de sueños
que dejo escapar

los miro de arriba,
los miro de atrás
y ninguno pasa
si no es verdad

El gato en la puerta
hace de portero
y a ninguno deja
sin interrogar

¿Sueño, dónde vas?
Dejame escapar
para que algún día
me haga realidad

El gato portero
le autoriza el paso
mientras se relame
por su buen trabajo
(Poema Anónimo)

Duerme negrito

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...*

Te va a traer codornices para ti,
te va a traer rica fruta para ti,
te va a traer carne de cerdo para ti.
te va a traer muchas cosas para ti.
Y si negro no se duerme,
viene diablo blanco
y ¡zas! le come la patita,
¡chacapumba, chacapún…!

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...

Trabajando,
trabajando duramente, trabajando sí,
trabajando y no le pagan, trabajando sí,
trabajando y va tosiendo, trabajando sí,
trabajando y va de luto, trabajando sí,
pa'l negrito chiquitito, trabajando sí,
pa'l negrito chiquitito, trabajando sí,
no le pagan sí, va tosiendo sí
va de luto sí, duramente sí.

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...
(Versión de Atahualpa Yupanqui, que recogen distintos intérpretes, y no es la original)


Próximo taller: 18 de marzo. 20 hs. Maternarte

 El sueño en los niños pequeños. ¿Es posible crear un hábito? 

Para quienes deseen también escuchar y recordar...


martes, 9 de septiembre de 2008

La adaptación al Jardín

Cuento: "Había una vez..."

Había una vez una familia de conejos que vivía alegre en el campo. Cierto día nació un nuevo integrante de la familia al que llamaron Pom-pom.

Mamá y papá conejos estaban muy felices con su hijito. ¡Era tan tierno! Iba a necesitar mucho cariño y cuidados. Sin embargo, algo los preocupaba… No podían quedarse todo el día junto a él, necesitaban continuar con sus tareas cotidianas.

Una mañana cuando papá salió en busca de comida volvió con una noticia fantástica que comunicó rápidamente a mamá coneja. Ambos se entusiasmaron con la idea aunque tenían muchas dudas, culpas y ansiedades.

Durante algunos días hubo nervios y preparativos en la madriguera. Papá y mamá hablaban de un lugar maravilloso, pero Pom-pom que todavía no podía comunicarse, sólo escuchaba y miraba atento todo ese revuelo.

Todos los días los papás conejos salían a pasear con Pom-pom. Pero un día lo llevaron a un lugar totalmente nuevo para él. Era un hermoso lugar, justo en medio del campo, cerquita de casa. El pasto era de un verde especial, las flores multicolores; se oían sonidos suaves y voces dulces… Pom-pom estaba asombrado y alegre, aunque percibía que algo extraño pasaba y que mamá y papá se mostraban un poco tensos.

Entraron contentos los tres y los recibió la Srta. Coneja muy amable y sonriente. Pom-pom la observaba agarrado de la pata de papá y de la oreja de mamá.

Todo iba bien hasta que de pronto Pom-pom se encontró solo y al mirar a su alrededor vio que mamá y papá ya no estaban. Estaba lleno de “Pom-pones” y algunas Srtas. Conejas. Lloró un buen rato y pidió por sus papás… En algunos momentos las canciones de las Srtas Conejas lo tranquilizaron, en otros momentos sentía una angustia muy grande y unas profundas ganas de volver a casa. Llegó a pensar que no volvería a ver su campo, su madriguera, sus papás… Pero después de unas horas los papás volvieron a buscarlo y lo llevaron devuelta a casa.

Esta historia se repitió unos días pero luego Pom-pom comprendió que en este nuevo lugar, había muchas cosas lindas para hacer, compartir y aprender, y que papá y mamá siempre volverían por él.

Otros conejitos llegaban al campo de las Srtas. Conejas durante el año. Algunos entraban seguros y contentos, otros con lágrimas escondidas, algunos descubrían solos que papá y mamá se habían ido, otros los saludaban cuando estos se marchaban, claro que a veces el saludo no era acompañado por sonrisas pero con el transcurrir de los días, entre juegos, canciones y mimos, con otros conejitos y con las Srtas. Conejas el campo se volvía más brillante y colorido que antes y, poquito a poco se tornaba tan cercano y conocido como la propia madriguera.

Y Colorín colorado, este Conejo se ha adaptado!!!

(escrito por Psp. María Fernanda Vanni para el trabajo con padres en el proceso de adaptación de los niños al Jardín Materna)

viernes, 29 de agosto de 2008

aprendiente en el camino

Aprendiente en el camino

Darle lugar a lo nuevo
a lo que no es como “debería” ser
Darle lugar a lo que “es”...
Permitirse pensar y repensar,
ampliar la mirada y crecer.
Permitirse disfrutar, no sin una cuota de miedo,
de lo desconocido e imprevisible.
Poner a jugar las angustias
junto a las pequeñas alegrías.
Las lágrimas
junto a las incipientes sonrisas.
Abrir la puerta aun sin saber que viene después.
Aprender en la esperanza,
pero también con las desesperanzas y el temor.
Construirse aprendiente en el camino
y al mismo tiempo enseñante de uno mismo.

M. Fernanda Vanni
10/10/06