sábado, 7 de agosto de 2010

Feliz día del niño


¡Feliz día del niño para grandes y chicos!

Día del niño

(artículo realizado para la sección "Efemérides"
de la Revista Virtual Vuelo Libre)

Pensar en el día del niño, nos lleva a pensar también en la infancia y la niñez ya que para que surja la necesidad de conmemorar esta fecha, en primer lugar tiene que darse en la sociedad un reconocimiento a la infancia. Es por esto que plantearemos un breve recorrido histórico, pero antes de adentrarnos en esas cuestiones queremos transmitir un mensaje: el de volver a la idea original de esta conmemoración. No quedarnos en la simple entrega de un regalo, ansiado seguramente por los más chicos, sino con la real convicción de que para una infancia saludable y respetada los niños necesitan de adultos significativos capaces de cumplir cada uno su rol y su función. Adultos que no reneguemos (conciente o tal vez inconcientemente) de nuestras tareas y nuestras responsabilidades para con los niños. Que seamos capaces de verlos como sujetos en constitución, en pleno desarrollo y despliegue de sus capacidades, y por lo tanto vulnerables, necesitados de marcos sostenedores y vínculos afectivos seguros.

¡Entonces hay tanto para regalarles! ¡Y cuánto más nos regalan ellos a diario! El tiempo compartido, el sentarse a su lado a mirar una película, bailar juntos con la música de ese CD que tanto les gusta, el leer cuentos, inventar historias, hasta crear una historia mágica y nuestra para la hora de bañarse, de comer o de irse a dormir… Salir a caminar juntos, a recorrer parques, plazas, areneros, hamacas y barriletes… Compartir con ellos juegos de nuestra infancia, y también animarnos a los suyos, tan nuevos para nosotros… jugar una partida en los videojuegos, llevarlos o buscarlos de la escuela, hacerles esa comida que tanto nos piden... Sólo hablo de tiempo de a dos, tiempo “entre” adulto y niño, conexión emocional, comprensión sincera de aquello que necesitan, respeto por sus derechos… Es decir de cuidarlos, velar por ellos. Permitirles transcurrir por la infancia en las mejores condiciones posibles, condiciones que como vemos no necesariamente pasan por lo económico, ni mucho menos. Se puede tener mucho, y tener muy poco, y se puede tener muy poco, pero tener lo fundamental: la caricia cotidiana, el abrazo contenedor, el beso en el momento justo, la palabra siempre necesaria, y también el silencio respetuoso del espacio propio del niño.

Hagamos entonces un recorrido hacia atrás. La infancia no era reconocida como lo es actualmente, lejos de eso. Recién en el siglo XVIII comienza a aparecer la noción de infancia, la “invención del niño”. Posteriormente y por el siglo XIX, que recibe la herencia del pensamiento de Rousseau y de la Ilustración por una parte y la institucionalización de la enseñanza por otra, se produce lo que va a dar en llamarse la representación social de la idea de infancia. Es entonces en ese siglo que se va a ir consolidando un nuevo concepto de infancia en el marco de la ideología burguesa y del progreso de la idea de familia. Sin embargo, cada clase social desarrollaba la crianza de un modo particular. Así por ejemplo, los niños de la clase obrera pronto eran empleados como mano de obra barata en fábricas, minas, telares… Por lo cual se vivían grandes contradicciones, el sentimiento a cerca de la niñez iba creciendo, pero ciertos niños seguían siendo sometidos y viviendo explotaciones como en épocas anteriores.

A fines del siglo XIX Claparede había profetizado que el siglo XX iba a ser el siglo del niño, y lo fue, pero también fue el de las ciencias, y justamente los niños fueron objeto de estudio para las mismas. Por eso es que surgen importantísimas teorías, como las de Piaget, Wallon, Vigotsky, y por supuesto Freud. A partir del psicoanálisis la idea de niño cobra un nuevo sentido, la infancia comienza a tener otro lugar, reconociéndose incluso la sexualidad infantil.

En los inicios del Siglo XX los Estados comienzan a realizar leyes de protección de la infancia relacionadas a lo laboral, a la protección de las mujeres embarazadas, a la enseñanza y a la sanidad infantil. Bien entrado ese siglo, en 1959, se aprueba la Declaración Universal de los derechos del niño, y recientemente en 1989 se sanciona la Convención internacional por los derechos del niño. La ONU recomendó que todos los países instituyeran el festejo para promover la fraternidad entre los niños y la realización de actividades tendientes a su bienestar, pero dejó librado a cada uno la elección de la fecha, si bien propuso como día internacional el 20 de noviembre por ser la fecha en que se realizó la Declaración Internacional de los derechos del niño. Es por este motivo que existen muchos “días del niño”. Para citar algunas fechas en Latinoamérica encontramos: en Colombia el último sábado de abril, en México el último día del mismo mes, en Paraguay el 31 de mayo, en Venezuela el tercer domingo de junio, en Uruguay el 9 de agosto, en Chile y Argentina, el segundo domingo de ese mes, en Perú el tercero y en Brasil el 8 de octubre.

Cabe señalar, que en nuestro país, Argentina, durante muchos años se celebró el primer domingo de agosto. Los más grandes podemos recordar muy bien aquella canción de propaganda televisiva “primer domingo de agosto día del niño, regale amor, regale juguetes, regale cariño, para el día del niño”. Pues bien, podríamos decir que centrándose sólo en parte de esta idea, el “regalar juguetes”, necesidad muy probablemente impuesta por el sistema, se decide postergar desde el 2003 al segundo domingo ya que muchas familias no recibían sus sueldos en los primeros días del mes, por lo cual el comercio se veía perjudicado.

Vemos entonces que las diferencias entre las culturas y las distintas mentalidades muestran que el concepto de infancia es una construcción social, producto de relaciones económicas y sociales.

Nuestra propuesta es entonces rescatar el sentido más genuino de este día, más propio y necesario para la niñez. Por eso nos animamos también a hacerles la propuesta de conectar cada uno con su niño interior, y festejar nosotros también este día del niño. Compartiendo hoy desde un rol adulto frente a los más chiquitos, pero sin olvidarnos que lo que hoy somos, también se debe aquel niño que fuimos, que forma parte de nuestra historia y de nuestro ser.

Entonces no queda más que desearles: ¡Feliz día del niño a todos los que se permiten volar, crear, crecer, soñar, aprender cada día un poco más!

Psp. María Fernanda Vanni.

Fuentes consultadas:

Asan, Omar. Acerca de la infancia. En Ensayos y experiencias N° 37 Año 7. Marzo.abril de 2001.

Volnovich, Juan. El futuro depende, ante todo, de cómo circule la infancia por el imaginario social.

¿Sabe por qué se festeja el día del niño? 26Noticias.