lunes, 21 de diciembre de 2009

¡Felices Fiestas!

imagen de www.cosodeilustradores.blogspot.com

viernes, 18 de diciembre de 2009

Conclusiones taller: La alimentación en los niños pequeños...


En este último taller de crianza del año reflexionamos sobre la alimentación y pudimos pensar en nuestra actitud al dar de comer a los niños. En los primeros meses de vida los bebés toman teta o mamadera tantas veces como desean. Poco a poco se imponen ciertos horarios. Cuando comienzan a comer papillas o yogures es toda una fiesta. Los primeros días nos dedicamos mucho a este evento, les preparamos la comida antes que al resto de la familia, les cantamos, les decimos frases de aliento, los incentivamos. Apenas notamos cierta autonomía en este aprendizaje consideramos que ya están listos para comer a la par nuestra. Y comienza la lucha para que coma sentado en la mesa, junto a todos los demás, y además “que se coma todo el plato”, sin levantarse de su lugar. A veces todo esto acontece en el lapso de un año, a veces en un tiempo menor. No nos damos cuenta pero ¡cuántos cambios hacemos en tan poco tiempo y cómo nos enojamos cuando no se logran nuestros objetivos! Esta lucha entre el deseo del adulto y el deseo del niño nos conduce a frustraciones, a enojos, a angustias, y a pocas ganas de comer en familia, porque el momento se vuelve caótico. Lo importante es poder mediar entre lo que necesita el niño y lo que necesita el adulto. No dejarlo hacer lo que quiera, pero tampoco establecer hábitos rígidos.

Los primeros aprendizajes de la vida: el aprender a caminar, a comer y a controlar esfínteres dejan huellas profundas y duraderas, constituyen una matriz sobre la cual el niño construirá su modalidad de aprendizaje importante para todas las experiencias futuras.

Aunque hablemos de alimentación, tampoco aquí hay recetas. Cada familia tendrá que encontrar la manera de organizarse en función de su ritmo cotidiano, de horarios y rutinas. Si estamos a las corridas y enojados porque no tenemos tiempo, difícilmente podremos crear un clima tranquilo para que los niños puedan comer.

Hay que tener en cuenta que la etapa de adquisición de pautas familiares comienza alrededor del año de vida, ya que es en este momento que los mecanismos fisiológicos han alcanzado prácticamente la maduración y la eficiencia de un adulto, y se extiende hasta los 7 u 8 años de edad. Este momento es ideal para establecer hábitos alimentarios saludables que sean capaces de persistir a lo largo de la vida.

La NUTRICION visto de esta manera constituye una inversión a largo plazo sobre la salud y la calidad de vida.

La Lic. en Nutrición, Ma. de los Milagros Carignano nos recomendó:

*Introducir de a un alimento por vez.

*Manejar intervalos semanales para introducir un próximo alimento.

*No es necesario agregar sal adicional o azúcar a los alimentos que se introducen.

*Variar las texturas y formas de presentación de las preparaciones.

*No manejar todos los alimentos ya incorporados en forma simultánea a través de un puré o sopa, por ejemplo. De esta forma no se le permite al niño establecer las diferencias, ni el adulto podrá determinar el rechazo o la intolerancia de algún alimento en particular.

*Respetar los tiempos del niño.

*Si el niño rechaza un alimento, no debe insistirse. Se deberá volver a ofrecer luego de una semana y si es posible a través de otra forma de preparación.

*Que la comida no sea un motivo de perturbación familiar.

*Las necesidades de los niños no giran exclusivamente alrededor de la comida.

*No transformar a los alimentos en el premio o castigo de la conducta de los hijos.

*No demostrar el amor a los hijos con la sobrealimentación.

Gracias a las mamás y docentes que participaron de este encuentro y sobre todo muchas gracias a Milagros por su colaboración.

¡Hasta el próximo año!

-foto de flicrk-