miércoles, 3 de septiembre de 2008

Nuestro bebé comenzará el Jardín...

Existen diferentes motivos por los cuales los papás deciden llevar al bebé al Jardín Maternal. Muchas veces es una necesidad laboral, otras veces toman la decisión para disponer de algunas horas en las cuales realizar actividades personales: hacer tareas del hogar, estudiar, hacer gimnasia o alguna actividad recreativa...

Cualquiera sean los motivos suelen aparecer dudas y sentimientos de culpa. Social y culturalmente, cuesta aceptar que se puede ser “buenos padres” y al mismo tiempo tener libertad para hacer otras cosas. En realidad la tarea de cuidar y educar a los niños pequeños generalmente es compartida desde muy temprano ya sea en casa con abuelos, tíos, vecinos o con niñeras. El Jardín Maternal es una forma más de compartir la crianza.

Sabemos que los bebés perciben las inseguridades de los adultos. Cuando los padres se muestran seguros al llevarlo al jardín, estos sentimientos saludables son transmitidos al bebé y el proceso de separación se desarrolla con más facilidad para ambos.

Por eso es importante que los papás hayan visitado el lugar previamente, hayan conocido al personal y establecido cierta confianza de tal manera de empezar a ver al Jardín como un lugar familiar en el cual pueden expresar sus dudas y encontrar respuestas a sus inquietudes.

Es interesante reparar en las palabras que solemos emplear para hablar del tema: es diferente decir “dejé al bebé en el Jardín” que “llevé al bebé al Jardín”. Después de todo no se trata de una separación definitiva ni de un abandono, nos separamos solo por unas horas y luego nos reencontramos. Si nosotros nos sentimos tranquilos comunicamos esa tranquilidad al pequeño.

Algunas orientaciones:

· Tratar de que la separación sea un PASAJE y no una RUPTURA. Un pasaje desde el medio familiar, al medio social en este caso representado por la institución.

· Respetar el llamado “período o proceso de adaptación” que el Jardín establece. Esta etapa es tan importante para el bebé como para sus familiares, ambos conocerán un ambiente nuevo y aprenderán a estar separados durante ciertas horas.

· Tratar de mantener la calma en los momentos previos a llevarlo al Jardín y sobre todo cuando lo buscan. De esta manera el bebé pasa de un ambiente a otro sin sobresaltos. Él necesita tiempo para reconocer la voz familiar, el olor, los brazos... Es bueno evitar ser demasiado efusivos, apretarlo y besarlo excesivamente, sino más bien hablarle suavemente conectándose también desde lo corporal; todo esto lo ayuda a reconocer a sus familiares, reencontrarse con ellos y no pasar bruscamente de un contexto a otro.

El desafío está planteado, lo importante es que todas las personas que contribuimos de algún modo en la crianza (ya sea en el medio familiar, como en el Jardín) encontremos la coherencia y la complementariedad necesarias y colaboremos fortaleciendo nuestros vínculos en beneficio del niño.